viernes, 27 de junio de 2014

La fe ante la ciencia y la técnica

A lo largo de la historia ha habido una vinculación muy estrecha entre ciencia y religión, hasta la Edad Media. Tanto una como la otra buscaban profundizar en el conocimiento de las cosas y mejorar la calidad de vida de las personas, pero es en esta época cuando las dos se distancian y comienzan las incomprensiones.


En la Edad Media


La Iglesia católica fue el más poderoso pilar de la sociedad en la época feudal. Tuvo influencias profundas en todos los órdenes de la vida del medioevo.

La autoridad religiosa contaba para asegurar su autoridad, con dos instrumentos: la Excomunión, por la cual podía excluir de su seno a quienes no la obedecieran, y la Inquisición, cuyos tristemente famosos tribunales, realizaban juicios a los sospechosos de herejías que eran condenados a penas crueles, como la muerte en la hoguera.

El predominio cultural del clero (sacerdotes, obispos y cardenales), casi la única clase letrada durante la Edad Media. Los campesinos, por lo agobiador de su trabajo, y los nobles, por su poca preocupación para la vida del espíritu, fueron, en su mayoría, analfabetos. En aquellos años ser laico (no miembro formal de la Iglesia) era estar al margen del saber letrado.

El clero se dividía en secular y regular. El secular estaba conformado por miembros de la Iglesia que vivían mezclados con los laicos: el Papa, los arzobispos, los obispos y los párrocos. Éstos últimos se hallaban al mando de pequeños distritos llamados parroquias. Varias parroquias formaban una diócesis, cuyo jefe era un obispo, y varias diócesis formaban una arquidiócesis, dirigida por un arzobispo; el segundo se organizó en Occidente a partir del siglo VI. A diferencia del clero secular, sus miembros optaron por aislarse del mundo y vivir en monasterios regidos por un abad. Seguían, además unas reglas específicas. En Occidente, el monacato lo inició San Benito de Nursia, quien fundó la orden benedictina. Su regla se basaba en el lema ora et labora, es decir, “reza y trabaja”.

En el siglo XI, el Papa Gregorio VII, realizó una reforma religiosa para fortalecerla, e imponer la autoridad del Papa sobre cualquier otro poder, además de dotar a la iglesia de un cuerpo legal propio, que originó el Derecho Canónico. Esto enfrentó a la autoridad eclesiástica con el Emperador por el poder, en la Querella de las Investiduras, hasta la firma del Concordato de Worms, en el siglo XII, donde se definieron las atribuciones de ambos poderes.

-Características de la Edad Media

  • Educación de tipo dogmática
  • Visión teocéntrica de la vida: Dios es el centro de la cultura y todo pasa por voluntad de Dios
  • El modelo de ser humano que se pretende es el creyente por tanto no cuestiona
  • Presencia de instituciones en contra de la innovaciones tecnológicas, como la santa inquisición.
  • Estancamiento de la actividad cultural
  • Las escuelas eras monásticas y orientadas a la educación basada en la fe, la educación media y superior era dirigida solo a los clérigos.
  • Presencia de instituciones en contra de la innovaciones tecnológicas, como la santa inquisición.
  • Modelo de sociedad aristocrático monárquico que como método de opresión usaban la religión
  • Basado en el sistema económico feudal


En la Edad Moderna


Durante los siglos XV y XVI termina la denominada Edad Media y comienza lo que se conoce como Edad Moderna, una época muy especial en la cual se dio un cambio en la mentalidad cultural y política de la población europea, que luego se expandirá a otros lugares del mundo. Entre estos están:

Nuevas formas de pensamiento: el movimiento filosófico del Humanismo revaloriza el rol del hombre, se ocupa de la “vida terrenal”, dejando de lado la “vida eterna” (centro del pensamiento medieval). Se expresa artísticamente a través del Renacimiento.
Avances de la ciencia basados en la experimentación y la observación, que entran en conflicto con el dogma cristiano. Persecución de la Iglesia a muchos científicos.
Reforma Protestante, cuestiona el dogma cristiano y la institución de la Iglesia. El pensamiento protestante se extiende por Europa generando conflictos políticos, sociales y guerras. La cristiandad queda dividida en diferentes iglesias (católica, protestante, anglicana, calvinista).
La Iglesia responde a estos nuevos pensamientos y cuestionamientos a través de la “contrarreformacatólica, una serie de medidas que, por un lado, buscan reforzar el dogma y la organización eclesiástica, y por otro, perseguir y reprimir a quienes piensen diferente.

-Características de la edad moderna

  • Educación basada en la duda y en el surgimiento de la investigación 
  • Antropocentrismo: el ser humano es el centro de la cultura; es dueño de su vida y de su libertad 
  • El modelo de ser humano que se busca es el pensante, capaz de analizar y comprobar los fenómenos 
  • Reconstrucción cultural, surgimiento de la artes y de las ciencias 
  • Innovaciones y creaciones de tecnológicas como la brújula, el astrolabio, el postularios, embarcaciones, armas, etc. Que propiciaron los avances científicos 
  • Surgimiento de un nuevo sistema económico: acumulación de capital 
  • Resurgimiento de un sistema de gobierno republicano, basado en las libertades y desarrollo de las potencialidades individuales.
  • Surgimiento de las escuelas laicas, acceso a la educación no solo a clérigos si no a ciudadanos comunes. 

En la Actualidad


La ciencia y la religión son dos de las grandes visiones del mundo, las cuales se pueden ver desde tres enfoques diferentes


Enfoque histórico 

Tanto la religión como la ciencia son fenómenos culturales que han estado presentes a lo largo de la historia desde la más remota antigüedad. Un interés especial tiene la relación entre el cristianismo y la ciencia, ya que la ciencia moderna nace precisamente en el occidente cristiano. 
 
Esta relación comienza con los primeros autores cristianos del siglo III y se continúa a lo largo del tiempo hasta nuestros días. A veces se simplifican y se presentan conclusiones erróneas sobre esta relación al no tenerse en cuenta cómo ha discurrido a lo largo de la historia. El enfoque histórico es, por lo tanto, imprescindible para llegar a una visión correcta del problema.


Enfoque epistemológico 

La religión y la ciencia constituyen formas de acercamiento a la realidad, es decir, formas de conocimiento con distintas peculiaridades. Es, por lo tanto, importante estudiar la distinta naturaleza de cada una de ellas y la relación que puede establecerse entre el conocimiento científico y el conocimiento religioso. Esta reflexión pertenece al campo de la filosofía. 

La reflexión filosófica y en concreto la epistemológica es imprescindible para establecer las relaciones entre ciencia y religión como formas de conocimiento. Fe y experiencia religiosa forman el fundamento del conocimiento religioso que se formaliza en la teología, mientras el conocimiento científico está formado por un marco formal de leyes y teorías, relacionadas con una base empírica de experimentos y observaciones. Establecer claramente la naturaleza y los límites de estos dos tipos de conocimiento es fundamental para poder establecer correctamente la relación entre ambos. 


Enfoque sociológico 

La religión y la ciencia son además fenómenos sociales. Su aspecto sociológico es, por lo tanto, muy importante para conocer las relaciones entre ellas. Este aspecto es menos conocido y pocas veces se tiene en cuenta. Ciencia y religión forman dos sistemas sociales complejos que agrupan experiencias individuales y colectivas y que tienen sus normas y patrones de comportamientos que resultan en la formación de comunidades con un tipo de estructura y lenguaje propio. 
 
Ambas comunidades interaccionan con la sociedad general en claves que pueden ser de aceptación, rechazo, prestigio e influencia con las consecuentes interacciones entre ellas. La afirmación de posiciones de influencia social ha resultado, a veces, en confrontaciones entre ellas. La incidencia normativa de la religión en los comportamientos, que desemboca en propuestas éticas, interacciona con la práctica de la ciencia, que no puede ser ajena a los problemas éticos que en ella pueden surgir. La preocupación cada vez mayor de la sociedad por los problemas éticos relacionados con la ciencia abre hoy nuevos campos de relación de esta con el pensamiento religioso. 


Ciencia y religión ¿compatibles o incompatibles? 

 
Se las considera como dos visiones contrapuestas del mundo, que no pueden menos que chocar siempre entre sí. No solo esto, sino que cada una de ellas niega la validez de la otra. Hoy, además, se mantiene que solo la visión de la ciencia puede ser la verdadera, con lo que la visión religiosa tiene que ir poco a poco desapareciendo. Desde este punto de vista, el avance de la ciencia implica siempre un retroceso de la religión. Para apoyar esta posición se hace a menudo una interpretación sesgada de la historia y se traen siempre los mismos casos de Galileo y Darwin. 
 
Aunque se hace retroceder esta posición hasta los orígenes de la ciencia moderna, indicando con ello que la ciencia misma no puede más que estar en conflicto con la religión, en realidad empieza en el siglo XIX, aunque se pueden encontrar algunas raíces en el XVIII. Dos libros publicados por John W. Draper y Andrew D. White a finales del siglo XIX contribuyeron de una manera especial a extender esta postura. 

Draper, sobre todo, dedica sus ataques más furiosos contra la Iglesia católica de la que dice que el cristianismo católico y la ciencia son absolutamente incompatibles. Estos dos libros han pasado a representar la postura que mantiene la incompatibilidad y el conflicto inevitable entre ciencia y religión. 

Después de la segunda guerra mundial se da un cambio en estas posturas. Por un lado, se empieza a dar un abandono de la euforia cientificista que había favorecido la idea de la incompatibilidad y el conflicto inevitable entre la ciencia y la religión. De la admiración sin límite de la ciencia se fue pasando a una mirada más crítica y aun a un cierto recelo, causado por el peligro a algunas de sus consecuencias. 
 
Por otro lado, los nuevos estudios históricos han mostrado que muchos de los argumentos usados por Draper y White no tienen una seria base histórica. Las relaciones entre la ciencia y la religión a lo largo de la historia han sido complejas y no se pueden reducir a las de su absoluta incompatibilidad y continuo conflicto. 
Numerosos estudios de tipo histórico en los últimos años, que tocan temas tan delicados como las épocas de Galileo y Darwin, han demostrado bastante claramente que ni solo el necesario conflicto ni la continua armonía reflejan las complejas relaciones entre ciencia y religión. Se trata de dos visiones autónomas del mundo entre las que debe establecerse un fructuoso diálogo y que pueden considerarse como complementarias.


Conclusión
La ciencia y la religión desde tiempos antiguos han influido en la vida de las personas hasta la actualidad en estilo de pensar, actuar y de vivir, la mayoría de las veces terminan en conflicto una con otra y a veces por errores que en esos momentos no pudieron ver; sin embargo se relacionan entre sí de una manera no muy directa, en varios momentos aprenden una cosa u otra entre ellas.





Bibliografía




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